06.07.2012
Una de las vías para impulsar la inclusión laboral de las personas con discapacidad la constituyen las fórmulas de trabajo flexible, incluido el teletrabajo. Ésta es una de las conclusiones fundamentales de la jornada de trabajo organizada por el Foro Inserta Responsable el pasado día 6 de julio, presidida por Alberto Durán, vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE, y moderado por Francisco Botía, director general de FSC Inserta.
Cofinanciada por el Fondo Social Europeo, en esta jornada destacados directivos y expertos en la materia expusieron sus opiniones y contaron sus experiencias en torno a la implantación de fórmulas de trabajo flexible, como el teletrabajo. La cita fue un éxito de participación ya que contó con la participación de más de cincuenta representantes de empresas, que mostraron gran interés por esta temática.
En primer lugar, María José López Menéndez, directora de Planificación, Control y Gestión Administrativa de Personas de Repsol, empresa que ha publicado un libro blanco sobre teletrabajo, explicó la política de flexibilidad global en el trabajo de su compañía. Esta política, que responde a la necesidad de conciliar la vida personal y laboral de sus empleados y que se establece por acuerdo entre el jefe de equipo y el trabajador, ha sido valorada de forma muy positiva por la plantilla.
A continuación, María José Sobrinos, directora de Recursos Humanos de Accenture, analizó cómo el sistema de teletrabajo ahorra tiempo y costes para el empleado, mejora el medio ambiente y elimina barreras geográficas al permitir que una persona que viva en cualquier sitio pueda trabajar en una empresa. Asimismo, destacó que supone un ahorro de costes para la organización y constituye una herramienta muy potente para retener el talento. El teletrabajo, la estrella de las iniciativas de flexibilidad, es una forma excelente de conciliar que incrementa la motivación de los empleados y, con ello, la productividad.
Por su parte, Roberto Martínez, director de la Fundación Másfamilia, desgranó los beneficios indudables del teletrabajo, que constituye una de las siete patas de la conciliación, entre las que se incluyen el ahorro de tiempo en el trabajo, que incide directamente en la productividad. También señaló que se ha de basar en la voluntariedad y en la confianza y su puesta en marcha exige acometer un proyecto de gestión del cambio en la organización.
Sabina Lobato, directora de Formación, Empleo y Proyectos de Fundación ONCE, destacó la necesidad de contar con una tecnología accesible para poder implantar esta fórmula de trabajo flexible. Y reivindicó dos proyectos interesantes de aplicación de la fórmula del teletrabajo a la inserción laboral de personas con discapacidad: la Plataforma Teledislab, para potenciar el teletrabajo de mujeres con discapacidad, desarrollada por Technosite y financiada por la Fundación Universia y la Fundación ONCE; y Microlabora (que forma parte del Plan Avanza), plataforma2.0, en fase piloto, de conexión entre empresas y colaboradores con discapacidad que permite realizar pequeños encargos profesionales o microtareas en modalidad de tele-servicio (copy, maquetación, traducciones,...). Esta última constituye una oportunidad muy buena para mejorar la empleabilidad de las personas con discapacidad. Por último señaló que el teletrabajo constituye una fórmula que permite trabajar a muchas personas con discapacidad sin la cual no tendrían acceso al empleo, especialmente las que tienen un grado de discapacidad superior al 65%.
Por último, Blanca Alcanda, directora general de Technosite, subrayó que el teletrabajo está permitiendo captar el talento de muchas personas con discapacidad, sobre todo las de mayor grado. También informó de los buenos resultados que se están obteniendo del proyecto Microlabora, en el que hasta ahora han participado 80 personas con discapacidad y siete empresas, planteando la necesidad de que más empresas participen en esta interesante experiencia.