Así lo recogen los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que indican que el número de contratos formalizados con trabajadores con discapacidad en 2024 supone la cifra más baja desde 2016, año en el que se registraron 268.160.
Esta disminución de contratos es sensiblemente mayor que la producida entre la población en general, donde ha habido una leve caída del 0,2%, lo que incide en la brecha entre las personas con y sin discapacidad.
Del análisis de los datos realizado por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (Odismet) de Fundación ONCE, junto con el Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), se desprende también la mejora en la estabilidad del empleo del colectivo, al reducirse la contratación temporal hasta el 68,4% y dispararse los contratos indefinidos al 23,4%, que junto con los fijos discontinuos suman ya el 31,6% del total. Sin embargo, esta buena noticia queda matizada cuando se compara el dato con el de la población general, donde los contratos indefinidos suman ya el 28% del global.
Los grandes pilares del empleo de las personas con discapacidad son los contratos específicos y el trabajo generado en Centros Especiales de Empleo (CEE), que representan el 37% y el 27%, respectivamente, del empleo global al colectivo. En estos casos también se producen caídas respecto al ejercicio anterior, que representan el 4,4% en el caso de los contratos específicos y el 1,8% en el de los de CEE.
En cuanto al sexo, el empleo generado para mujeres con discapacidad representa el 41% del total, frente al 47% alcanzado entre el resto de las mujeres. Por su parte, mejora la contratación a los más jóvenes con discapacidad al compararlos con los datos de 2023, pues se produce un crecimiento del 3,9%. Sin embargo, aún se generan muy pocos contratos a personas con discapacidad menores de 30 años, dado que solo representan el 19,6% del total. Al igual que en otros apartados, el comportamiento del mercado laboral es muy distinto al compararlo con la población el general: en este caso, el empleo entre los más jóvenes se eleva a casi el 40%.
SECTORES ECONÓMICOS Y OCUPACIONES
En cuanto a los sectores económicos y la participación en ellos, el de los servicios continúa siendo el gran nicho de trabajo para este sector de la población, que genera el 82,4% del total del empleo generado. Este efecto es más intenso que el evidenciado entre la población general, donde el empleo del sector servicios suma el 73,4%.
Las ocupaciones elementales vuelven a representar el mayor volumen de contratación, alcanzando el 43,7% de los contratos firmados entre personas con discapacidad, un porcentaje considerablemente más elevado que el 33,3% de la población general.
En consonancia con el volumen de empleo generado en la categoría de ‘ocupaciones elementales’, las que generaron más contratos son, ‘Personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos similares’ (43.019 contratos), ‘Peones de las industrias manufactureras’ (19.438 contratos), ‘Camareros asalariados’ (12.217 contratos).
En cualquier caso, las personas con discapacidad también se emplean en ocupaciones de mayor nivel de cualificación y buenos ejemplos como los ‘Trabajadores cualificados en huertas, invernaderos, viveros y jardines’ (1.577), ‘Artistas creativos e interpretativos no clasificados bajo otros epígrafes’ (1.539), ‘Profesores y profesionales de la enseñanza no clasificados bajo otros epígrafes’ (1.343), ‘Compositores, músicos y cantantes’ (1.138), ‘Asistentes de dirección y administrativos’ (840) o ‘Programadores informáticos’ (284), entre otros.
TERRITORIOS
Por último, y respecto a la distribución geográfica, al igual que ocurre para el total del empleo generado en España, tres comunidades autónomas suman casi la mitad de los contratos creados, Andalucía, Cataluña y la Comunidad de Madrid acaparan el 46,2% (el 51,1% para el total de empleo nacional). Sin embargo, la distribución provincial nos dice que Madrid, Barcelona y Valencia son las tres provincias con mayor volumen de creación de empleo para las personas con discapacidad.
Teniendo en cuenta estos datos, Sabina Lobato, directora de Formación, Empleo, Operaciones y Estudios de Fundación ONCE, considera que «las cifras de cierre de contratación como la estadística anual del INE sobre empleo de personas con discapacidad, ponen de manifiesto el crecimiento sistemático de la brecha de empleo entre las personas con y sin discapacidad».
«No podemos seguir dejando la expectativa de mejoras al albur de las dinámicas del mercado laboral que llevan a este crecimiento de la desigualdad, sin hacer apuestas ambiciosas y valientes. Estamos hablando de la tramitación inaplazable de una nueva Ley de Empleo para personas con discapacidad, de estrategias públicas que permitan el acceso a primeras oportunidades a jóvenes y personas que se reciclan profesionalmente por discapacidad sobrevenida, así como con la cautela del impacto negativo que puede tener el futuro Estatuto del Becario en tramitación. En definitiva, iniciativas innovadoras que provoquen cambios sistémicos en la empleabilidad a largo plazo para el colectivo y en la generación de una verdadera cultura inclusiva en las empresas».