España necesita acometer cambios en las empresas, la educación y el sector público para crecer y crear empleo

Ilustración de Economía

La economía española ha salido de la recesión, pero no de la crisis. Para dejarla atrás es necesario abordar, a corto y a medio plazo, numerosos retos que exigen cambios de gran calado en las empresas, en la educación y en el sector público. Solo de ese modo mejorará la competitividad del tejido productivo y la eficiencia de las instituciones y empresas, ayudando a crecer más y mejor, y a reducir los riesgos de exclusión laboral y social existentes.

Así lo indica el tercer Informe 2013 Fundación BBVA-Ivie sobre Crecimiento y competitividad, enmarcado en el Programa de Investigaciones Económicas que desde hace casi dos décadas desarrollan conjuntamente ambas instituciones. El Informe ha sido elaborado por un equipo de investigadores y técnicos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), y dirigido por Francisco Pérez, Catedrático de la Universidad de Valencia y director de investigación del Ivie.

Tras nueve trimestres consecutivos de variación negativa del PIB, España ha vuelto a lograr una modesta tasa de crecimiento positiva que, previsiblemente, se irá afianzando en 2014. El principio de la recuperación es resultado de medidas de choque frente a situaciones críticas que han logrado avances en la corrección de desequilibrios macroeconómicos en el sector exterior y en el financiero. Se han reducido las tensiones que mantuvieron a la economía al borde del precipicio, se han abierto algunas ventanas de financiación en los mercados mayoristas y el déficit estructural del sector público se ha reducido sustancialmente. Se aprecia un claro avance en los ajustes de los precios relativos internacionales, en el equilibrio comercial y en el saldo financiero exterior.

De todas estas mejoras se deriva una mayor confianza externa en la economía española que se traduce en indicadores puntuales, pero que puede desviar la atención de un diagnóstico en perspectiva de los problemas estructurales que han marcado el perfil distintivo de la crisis española respecto a las de otros países.

A partir de amplias series temporales, el estudio analiza los factores propios de la crisis española, a la vez que aporta claves sobre cómo abordarlos para consolidar la recuperación, dejar atrás la crisis y evitar posibles recaídas.

La confianza externa que en los últimos meses ha ganado la economía española encuentra dificultades para trasladarse al interior debido a la gravedad de los problemas pendientes de resolver en ámbitos clave para la mayor parte de la población y de las empresas: el desempleo, la escasez de crédito, el bajo nivel de utilización de la capacidad productiva, el todavía elevado nivel de endeudamiento y los desequilibrios presupuestarios. La solución de estos problemas marcará el paso de la salida de la recesión a la superación de la crisis. Los autores del Informe insisten en la necesidad de un crecimiento incluyente, y advierten que si no se actúa frente al desempleo masivo y continuado y el riesgo de pobreza, la recuperación no se consolidará.