Fundación Telefónica ofrece pautas para impulsar la empleabilidad digital de personas con discapacidad intelectual

Javier y Raquel, dos empleados en puestos tecnológicos | Foto de Jorge Villa/Servimedia

08.01.2024

Las personas con discapacidad intelectual tienen derecho a trabajar como cualquier otra. "Aportan en el ambiente de trabajo y aportan en diversidad". Así lo creen en Fundación Telefónica y por eso han diseñado una serie de manuales que favorecen la inclusión laboral de este colectivo en la empresa ordinaria para desempeñar tareas relacionadas con la tecnología.
 
Las indicaciones para impulsar su empleabilidad digital están recogidas en el ‘Modelo Digital de inclusión laboral para personas con discapacidad intelectual’, una iniciativa llevada a cabo por Fundación Telefónica y Fundación Prodis, que recoge en cuatro guías los resultados de un estudio previo llevado a cabo por las entidades sobre la influencia de la tecnología en el ámbito laboral de las personas con discapacidad intelectual.
 
Los primeros resultados de este estudio, así como sus conclusiones, se han presentado, en colaboración con Plena Inclusión Madrid y Fundación Randstad en 42 Madrid, el campus gratuito de programación de Fundación Telefónica.
 
Entre otros datos, destacan que “un 22,5% de las empresas consideran bastante probable contratar a personas con discapacidad intelectual con un nivel medio de competencias digitales frente al 8,3% que lo harían si cuentan con un nivel nulo”.
 
"No es solo un estudio”, asegura el responsable global de Voluntariado de Fundación Telefónica, Carlos Palacios, “sino que se traduce en la elaboración de cuatro guías que ayudan a los pedagogos y a las familias de las personas con discapacidad intelectual a identificar en qué competencias digitales deben formarse y cómo hacerlo”.
 
CUATRO GUÍAS Y UN SOLO OBJETIVO: LA INCLUSIÓN
 
Las coautoras del trabajo, ambas investigadoras de la Fundación Prodis, María d’Orey y Yone Castro, hablan de “un trabajo de sinergias” en el que “se unen miradas” entre la transformación digital y la inclusión del colectivo de la discapacidad intelectual. “Este proyecto de Fundación Telefónica nos pareció una muy buena oportunidad para desarrollar conocimientos científicos y plasmarlos en unas hojas de ruta que fueran útiles para generar mayor inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual en esta era digital”, apunta d’Orey.
 
Las cuatro guías ofrecen recomendaciones desde la visión de los diferentes agentes implicados: empresas, mediante sus equipos de recursos humanos; entidades sociales, a través de sus mediadores laborales; las familias; y las personas que se encuentran en búsqueda activa de empleo. “La inclusión de las personas con discapacidad intelectual hay que no es cuestión de pose, ni de cumplir con un cupo en las empresas”, asevera Palacios. “Ellas aportan en el ambiente de trabajo y aportan en diversidad”.
 
CONECTAR DISCAPACIDAD Y TECNOLOGÍA
 
Raquel Lozano presenta una discapacidad intelectual y motora. A sus 28 años, ha estudiado un grado medio en Administración y Dirección de Empresas, tiene un máster sobre discapacidad y formación en informática. Pese a su alta cualificación, llevaba dos años en situación de desempleo cuando recibió una llamada de la Fundación Prodis. “No me lo podía creer. Tenía mis dudas, mis miedos, pero fue llegar allí y comprobar que podía ser yo misma”. Desde entonces trabaja en Biogram, una empresa dedicada a los productos ecológicos en la que se encarga de digitalizar toda la información confidencial y también de destruirla.
 
Su compañero Javier López-Aranda, un joven con síndrome de Down, es un experto en informática y un ‘crack’ de los ordenadores. Lleva ya una década trabajando en NTT Data, una consultoría estratégica sobre tecnologías de vanguardia. Reconoce que se siente “orgulloso y realizado” por esta labor, así como feliz con “el buen ambiente que hay en su departamento”.
 
ESCUCHAR LA VOZ DE LOS DEMÁS
 
Para la elaboración de estas guías se ha procedido a una recogida de datos a través de la escucha activa, “de los empleados con discapacidad intelectual, pero también de las empresas, de los mediadores laborales y de los formadores en el área de las competencias digitales de personas con discapacidad intelectual”, apunta María d’Orey, coautora de las guías.
 
La investigación pone de manifiesto “la dificultad de estas personas para acceder a oportunidades laborales, especialmente si tienen niveles bajos de conocimientos digitales”. Otra de las conclusiones es que entre las competencias digitales más demandadas por este colectivo destacan “el uso del paquete Office, el correo electrónico y las herramientas de comunicación como videollamadas”.
 
Siempre que se aborda la discapacidad y la inclusión aparece una constante que se repite y es "la necesidad de la formación continua”, recuerda Carlos Palacios. De manera que, el desarrollo de este tipo de actuaciones que faciliten a las personas con discapacidad intelectual y a su entorno el acceso a las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y por ende a un empleo, es un proceso ‘imparable’.