Kaija Saariaho, premio BBVA Fronteras del Conocimiento en Música Contemporánea

14.02.2018

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Música Contemporánea ha sido concedido en su décima edición a la compositora finlandesa Kaija Saariaho por “una contribución a la música contemporánea que es extraordinaria en su individualidad, amplitud y alcance”.

 

El jurado destaca que, desde sus primeros trabajos, Saariaho muestra “un entrelazado perfecto entre los mundos de la música acústica y la tecnología”, algo que ella misma –poco después de conocer la noticia de haber recibido del galardón– asegura que le llegó de una manera muy natural: durante sus primeros años de estudio, en la Academia Sibelius de Helsinki, estaba descontenta con la acústica de los lugares a los que acudía a escuchar música en vivo.

 

De ese modo, se comenzó a preguntar si podría modificar características como el volumen de los instrumentos, lo que le llevó a grabarlos, procesarlos y, posteriormente, reproducirlos. En 1982 se trasladó a París para continuar su formación y eligió para ello el Instituto de Investigación y Coordinación Acústica y Musical (IRCAM por sus siglas en francés), donde conoció a los principales compositores del espectralismo.

 

Sus técnicas de descomposición del sonido dejaron una clara y reconocible impronta en las composiciones de Saariaho, en forma de arreglos electrónicos y sonidos generados por ordenador. La combinación entre elementos sonoros sintéticos, instrumentación clásica y determinados fenómenos de la naturaleza dieron lugar a algunas de sus primeras obras, como es el caso de 'Lichtbogen' (1986), cuya fuente de inspiración es la aurora boreal.

 

“Sin duda mis orígenes en Finlandia me han hecho muy sensible a la naturaleza", explica, "y esto tiene mucho que ver con la acústica: cuando vas a un bosque después de que llueva, la acústica es muy diferente porque las hojas están mojadas, y esto crea muchas reverberaciones, hasta el punto de que el bosque es como una iglesia. Lo mismo ocurre con la nieve, que crea un silencio muy particular. Todas estas experiencias de mi infancia sin duda han inspirado mi música”.

 

Saariaho también reconoce la influencia de la tecnología y la electrónica en su obra en la medida en que le ha permitido avanzar en la dirección que le interesaba, pero no como el elemento principal. “Mi objetivo es siempre que no se perciba la frontera del componente electrónico en mi música, sino que sencillamente forme parte de la orquestación y se integre en ella. Cuando hay un sonido que no puedo lograr con los instrumentos naturales, entonces recurro al ordenador para completar mi idea musical con tecnología”, explica.

 

Según el acta del jurado, la música de Saariaho tiene “una calidad única que es casi tan visual como sonora”, en la que la imaginación juega un papel primordial. Tal y como ella misma relata, “amo la música desde siempre, desde que tengo memoria. Mi madre me contó que por las noches, cuando me acostaba, empezaba a imaginar que escuchaba música hasta el punto de que no me podía dormir, y por eso yo le pedía que ‘apagara la almohada’. La música siempre ha estado en mi mente y mi imaginación”. Actualmente, Kaija Saariaho se encuentra trabajando en la que será su quinta ópera: “Es una obra larga con la que ya llevo varios años, y necesitaré seguir trabajando hasta principios de 2019”.