La influencia de la RSC en los consejos de administración

01.02.2016

¿Cómo está influyendo el nuevo Código de Buen Gobierno en la gestión de la RSC en las empresas? ¿De qué manera la RSC ha trascendido internamente en las organizaciones? ¿Cuál es el rol de director de RSC? Estas preguntas y otras más se analizaron en la sesión “La Responsabilidad Corporativa en los consejos de administración”, celebrada en el IE Business School, entidad colaboradora del Foro Inserta.

 

“Con la aprobación del nuevo Código de Buen Gobierno se ha dado respuesta a una demanda, que la Responsabilidad Corporativa (RC) dependiera directamente del primer directivo y estuviese presente en los consejos de administración”, indicó Juan Alfaro, secretario general del Cub de Excelencia en Sostenibilidad, durante la presentación de la 13ª edición del Programa Ejecutivo de Dirección en Responsabilidad Corporativa del IE Business School.

 

Y es que el nuevo Código de Gobierno Corporativo de la CNMV incorpora tres recomendaciones (53, 54 y 55) que versan principalmente sobre la aprobación y supervisión de la estrategia de RSC por los consejos de administración de las empresas, la creación de comisiones celebradas por el consejo de administración, los sistemas de evaluación de riesgos no financieros y la comunicación no financiera entre otros.

 

Alfaro resaltó que “en los últimos años los perfiles de los gestores de RC han pasado de lo técnico a lo estratégico en las organizaciones” y repasó de qué manera las compañías del IBEX35 estaban asignando en los consejos de administración la responsabilidad de la RSC a través de las comisiones delegadas ya existentes, como pueden ser la de Auditoría y Control o la de Nombramiento y Retribuciones, o creando una comisión ad hoc como en Iberdrola o Acciona.

 

Aldo Olcese, miembro de la Real Academia de Economía, que participó en la comisión redactora del nuevo Código de Buen Gobierno y que también lo hizo en el anterior, el denominado, Código Conthe, indicó que “al final se recogió un tercio de lo que algunos proponíamos en materia de RSC, se dejaron en el camino otras cosas, pero lo esencial quedó razonablemente bien recogido, porque en el anterior Código la RSC sólo aparecía en una frase”.

 

Olcese destacó que “lo bueno, es que por primera vez las cuestiones de RSC pasaban directamente a la responsabilidad del consejo de administración y no se quedaba en un segundo, tercer o cuarto nivel de la empresa, dependiendo del apoyo del primer ejecutivo. Además, recoge el concepto de interés social, no sólo el interés de los accionistas, sino de todos los grupos de interés”. Para este economista, quedan temas pendientes a incluir en el próximo Código de Buen Gobierno como el informe integrado, “del que no se habla en el nuevo Código, aunque muchas cotizadas ya rinden cuentas por esta vía”, la gestión de los accionistas críticos en las juntas de accionistas o la ciberseguridad, entre otros temas.

 

CAMBIO DE PARADIGMA

“La llegada de la RSC al Código de Buen Gobierno no responde al esfuerzo de quienes nos dedicamos a la Sostenibilidad desde hace años, sino al cambio de paradigma y la incertidumbre del futuro”, consideró José Luis Blasco, socio responsable de Cambio Climático y Sostenibilidad para Europa, Medio Oriente y África de KPMG, que justificó su reflexión en que “los intangibles de las compañías suponen un 86% de su valor, frente al 14% de su valor económico, a lo que se añade que todos los planes estratégicos son iguales y se basan en la internacionalización, la reducción de la deuda y costes, porque no se tiene idea de lo que puede suceder en un plazo corto. Y la clave está en que las empresas traduzcan los riesgos en oportunidades de negocio”.

 

Para Blasco la “RSC o Sostenibilidad no es una cuestión de ‘buenismo’ sino la manera inteligente de gestionar las compañías y el interés propio”. En referencia al Código de Buen Gobierno, apuntó que las compañías “necesitan principios de supervisión y control de su actividad que les ayuden a configurar su estrategia, que son frenos necesarios para tomar buenas decisiones para su permanencia” y consideró que lo que los consejeros tienen que hacer “son preguntas incomodas para que las compañías vayan bien”.

 

Por su parte, Laura Bravo, secretaria del Consejo de Administración de Técnicas Reunidas, explicó que “las compañías se intentan adaptar de la mejor manera posible a la legislación y a su realidad. En nuestro caso la Comisión de Auditoría y Control se encarga de los temas de accionistas, proxy advisors… y la Comisión de Nombramientos y Retribuciones establece los objetivos de recursos humanos, medio ambiente, calidad o acción social”. Bravo indicó que para el presente ejercicio van a apostar por el informe integrado porque “sólo los números se le quedan cortos a los inversores y quieren más información, sobre todo en materia de buen gobierno, retribuciones o sucesión”.