La OCDE avisa de que la inteligencia artificial afectará a “casi todos” los empleos y reclama acciones “urgentes”

Asistente personal

11.07.2023

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha advertido de que la economía está “al borde” de experimentar la “revolución” de la inteligencia artificial (IA), lo que hace “urgente” que los distintos gobiernos articulen ya regulaciones que limiten los efectos que esta tecnología tendrá sobre los empleos, ya que afectará a “casi todos”.

Así se recoge en su último informe de perspectivas de empleo, publicado este martes, en el que estima que los puestos de trabajo “con mayor riesgo de automatización” representan alrededor del 27% del empleo. Y, a pesar de que todavía esta tecnología se encuentre en una fase “muy temprana”, tendrá “un impacto significativo” en el mercado laboral a corto plazo, “centrándose en los sectores manufacturero y financiero, que han estado integrando la IA en los procesos de trabajo durante varios años”, así como en las grandes empresas.

Ante este horizonte, el organismo aseveró que “se requiere una acción urgente para garantizar que la IA se use de manera responsable y confiable en el lugar de trabajo”, sobre todo por los “serio desafíos éticos” que pone sobre la mesa. Desde la protección y privacidad de datos, hasta la transparencia y responsabilidad, pasando también por “el sesgo y la discriminación”.

Sobre esta última cuestión, el estudio indica que “hay muchos ejemplos de herramientas de contratación de IA que han incorporado prejuicios humanos contra las mujeres, las personas con discapacidad y las minorías étnicas o raciales” a la hora de seleccionar personal.

Todo ello, a la vez que “continúa multiplicándose” la inversión en inteligencia artificial, que, según la OCDE, se considera ya “una tecnología de propósito general como la electricidad o internet”. Así, reconoce que existe “inquietud” por la velocidad a la que se desarrolla la IA, ya hasta ahora evoluciona “mucho más rápido que las tecnologías anteriores, mientras que las implicaciones para la economía y la sociedad siguen siendo inciertas”.

El texto indica que hasta ahora su impacto a nivel laboral ha sido “limitado”, ya que los primeros adoptantes “parecen reacios a despedir personal y prefieren ajustar la fuerza laboral a través de contrataciones más lentas, renuncias voluntarias y jubilaciones”.

No obstante, advierte de que esta realidad puede cambiar en el futuro, por lo que “es crucial” que los responsables políticos “busquen claridad sobre el impacto futuro de la IA y tomen medidas”, sobre todo porque “el potencial de sustitución” de los trabajadores “sigue siendo significativo, lo que hace temer una disminución de los salarios y la pérdida de puestos de trabajo”.

LA CARA POSITIVA DE LA MONEDA

De todos modos, el documento de 267 páginas insiste en que, en la actualidad, “más que reemplazar puestos de trabajo, la IA está cambiando los mismos y las habilidades que se requieren para llevarlos a cabo”.

En esta línea, una encuesta realizada por la OCDE con la participación de 2.000 directores de empresas y 5.300 trabajadores revela que el 63% de los empleados que la IA ha mejorado su disfrute en el trabajo, ya que se ha limitado a automatizar tareas “peligrosas o tediosas”. Ello, le has permitido concentrarse en tareas más complejas e interesantes, lo que puede incluso aparejar subidas salariales.

Sin embargo, existen “preocupaciones tangibles” entre los mismos preguntados. Entre otras cosas, porque la inteligencia artificial puede crear una “intensificación” del trabajo. Según el estudio, “muchos” trabajadores expresaron su preocupación por la recopilación de datos que la IA realiza sobre su comportamiento o cómo hacen su trabajo. Más cuando una de las “motivaciones clave” para que las empresas apuesten por la IA es la productividad y reducir los costes.

“EL MOMENTO DE ACTUAR ES AHORA”

Por ello, aunque exista “mucha incertidumbre” sobre el impacto que tendrá la IA en los mercados laborales, la OCDE ve “necesario evitar el determinismo tecnológico”.

“Existe una necesidad urgente de acción política para garantizar que la IA se desarrolle y utilice de manera confiable. Debe ser segura y respetuosa de los derechos fundamentales como la privacidad y la equidad, el derecho de los trabajadores a organizarse u la transparencia. Debe quedar claro quién es responsable en caso de que algo salga mal. La acción proactiva y decisiva no solo es importante para proteger a los trabajadores, sino también para promover la innovación y la difusión de la IA porque reduce la incertidumbre”, señala la OCDE.

“Los gobiernos, las organizaciones internacionales y los reguladores deben proporcionar un marco sobre cómo trabajar con IA. Esto incluye establecer estándares, hacer cumplir las regulaciones o pautas apropiadas y promover la supervisión adecuada de estas nuevas tecnologías”, concluye la institución, que también apunta que la negociación colectiva y el diálogo social tendrán “un papel importante”.