Los campus españoles ya no tienen fronteras

Universitario

Las universidades de nuestro país han hecho un gran esfuerzo por abrirse a todo el mundo. Más de la mitad de los estudiantes con discapacidad realizan sus estudios en centros presenciales.

El número de estudiantes con discapacidad matriculados en alguna universidad española durante el curso 2012-2013 ha aumentado hasta las 19.953 personas, lo que supone un incremento del 9% respecto al curso anterior, según el estudio Guía de Atención a la Discapacidad en la Universidad 2013 realizado por la Fundación Universia.

Los resultados de la investigación, que se ha llevado a cabo con la colaboración de 74 universidades españolas, indican que la inmensa mayoría de los estudiantes de este colectivo realizan sus estudios en universidades públicas (98,3%) y un 57,2% del total lo hacen en cursos presenciales, mientras que el 42,8% optan por universidades a distancia.

Las conclusiones de este estudio realizado por la Fundación Universia nos llevan a tomar el pulso a las universidades españolas. ¿Son realmente accesibles? ¿Los estudiantes discapacitados disfrutan de los mismos derechos que el resto? Rompiendo barreras Aunque estamos muy lejos de contar con universidades tan accesibles como otros países escandinavos, en nuestro países hemos dado grandes pasos la última década.

"La normativa en España está muy avanzada. El último logro es que el Estatuto del Estudiante Universitario aprobado en 2012 da mucho protagonismo a la igualdad de oportunidades para los estudiantes con discapacidad", explica Juan Badía, consultor del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi).

Otro avance que hemos alcanzado en nuestro país es que "a día de hoy todas las universidades públicas cuentan con una oficina de atención a la discapacidad. Para este paso y otros muchos fue clave la década de los 2000, especialmente el año 2007, ya que con la modificación de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) empezamos a dar importancia a la accesibilidad. De todos modos, faltan recursos técnicos en algunas universidades para que estudien alumnos sordos, por ejemplo. Los recortes nos están afectando también, están perjudicando la accesibilidad", comenta Badía.

Las barreras físicas también se han roto en muchos campus. "Sólo en algunas edificios antiguos de universidades centenarias como la de Salamanca y la Complutense son un problema", continúa el consultor. En cuanto a la movilidad internacional, también hemos hecho logros. "Esto no es un problema. Se reciben muchos erasmus con discapacidad en nuestro país y tenemos bastantes españoles fuera, sobre todo de las universidades de Valencia y de Alicante. El verdadero problema que se ha planteado ahora no es cómo acoger a los que llegan becados a nuestro país sino quién paga este servicio. Hasta ahora lo ha afrontado la universidad española y no el centro de origen del alumno. Se está empezando a estudiar que se reparta la carga de financiación", relata Badía.

Una dificultad que no ha encontrado solución es que el número de estudiantes con discapacidad van disminuyendo a medida que se continúa con la realización de estudios superiores, según las conclusiones del Observatorio Universidad y Discapacidad 2013, publicado el pasado mes de febrero. A esta cuestión el coordinador de Apoyo a la Discapacidad de la Universidad Politécnica de Madrid, Ramón Rodríguez, declara que aunque se puede mejorar "el abandono en los estudios de este colectivo no se separa demasiado del resto de estudiantes".

Juan Badía, complementa su respuesta con una crítica: "Los postgrados no están exentos de matrículas, los discapacitados tienen que pagarlos. En el caso de los grados, no tienen que afrontar ningún coste, y claro, esto dificulta que sigan con los estudios".

Una de las soluciones que puede darse para favorecer la adaptación de los estudiantes discapacitados es que se matriculen en universidades a distancia. En la actualidad, el número de alumnos que opta por un centro presencial (57,2%) no difiere mucho del que lo hace en uno online (42,8%). La Uned, por ejemplo, cuenta con más de 6.400 alumnos.

"Este hecho está claramente relacionado con la circunstancia de que en la universidad a distancia no es necesario el desplazamiento", comenta el responsable de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). A pesar de las comodidades que ofrecen centros como la Uned, Juan Badía apuesta por la vía presencial. "En cuanto la universidad tradicional esté mejor adaptada, el número de estudiantes discapacitados crecerá. Solo hay que fijarse, el centro más preparado de toda España es una universidad presencial, la de Valencia", sentencia el consultor.

La Universidad de Valencia ha sido galardonada con el premio a la Mejor Organización del Sector Público en la segunda edición de los Telefónica Ability Awards. Este reconocimiento muestra su apuesta e impulso social en materia de atención a la discapacidad. Entre otros avances, destaca (por su novedad en nuestro país) su apuesta por integrar en sus centros no solo a estudiantes sino también a profesores y empleados.

Los riesgos La crisis ha provocado que más de una de cada cinco personas con discapacidad, el 21,1%, corran el riesgo caer en la pobreza en la Unión Europea, mientras que esa cifra disminuye al 14,6 % en el caso de los que no sufren ningún tipo de minusvalía. Otro dato alarmante es que las personas con discapacidad intelectual son "las últimas en conseguir un empleo y las primeras que lo pierden", según ha declarado a Efe el profesor del departamento de Didáctica de la Universidad de Alicante, Marcos Gómez.

Por esta razón uno de los retos que tienen todos los centros de Educación Superior de nuestro país es que estos estudiantes consigan un primer empleo que les dé estabilidad. Además , se ha dado un impulso a que realicen prácticas durante sus estudios. "Si se atiende a tiempo las prácticas en empresas puede ser un enlace importante porque de la universidad a la empleabilidad hay un salto muy grande y se pierde mucha gente", puntualiza Badía.

"Nuestra universidad cuenta con diversas herramientas para facilitar el acceso al mercado laboral, entre ellos están los centros de empleo", explica Ane Amondarain, técnica responsable del servicio en la Universidad del País Vasco. Un programa innovador 100% FSC Inserta es la empresa de recursos humanos de la Fundación ONCE, especializada en la inserción laboral de las personas con discapacidad. En 25 años ha conseguido la inserción de más de 60.000 personas y en el último año se han facilitado más de 17.000 contratos en nuestro país. Este curso académico ha puesto en marcha un programa piloto que pretende cooperar con las universidades para que el alumnado con discapacidad no tenga problemas y pueda contar con ofertas adecuadas de prácticas para completar su ciclo formativo.

"Tenemos una gran expectativa con este proyecto. Nuestro objetivo es que ningún talento se quede por el camino y hemos descubierto grandes talentos de personas con discapacidad en nuestras universidades, muchos de ellos ejemplos magníficos de esfuerzo y superación", explica Isabel Martínez, Comisionada para Universidad, Juventud y Planes especiales de la fundación.

El convenio se ha conseguido firmar con una veintena de universidades. Este paso conlleva que más de medio centenar de alumnos que están ya en los últimos años de carrera van a poder hacer prácticas en las empresas que forman parte del foro Inserta, y del propio grupo de empresas de la Once, Fundosa y Ceosa.

En la red de compañías que se han comprometido a integrar a estos estudiantes también destacan Alcampo, Acciona, Telefónica, BBVA, Sanitas, y McDonald?s. "Esperamos que estas prácticas sean una primera experiencia interesante", concluye.

(Reportaje íntegro publicado por 'Expansión' el 21.05.2013)