Mahou San Miguel ha instalado un huerto urbano ecológico en la terraza de su sede de Madrid gracias al apoyo de Fundación Juan XXIII Roncalli. De este modo, la cervecera se convierte en la primera empresa del sector de alimentación y bebidas en llevar a cabo una iniciativa de este tipo, con la que pretende fomentar entre sus profesionales y visitantes un estilo de vida más saludable, además de ofrecer un punto de encuentro para impulsar la creatividad y el aprendizaje a través de talleres sobre agricultura ecológica.

El huerto tiene, además, una finalidad social: fomentar la integración laboral de personas con discapacidad intelectual. Profesionales de la Fundación Juan XXIII Roncalli, que lleva más de medio siglo trabajando con este objetivo, son los encargados del mantenimiento y cuidado de este espacio, en el que se cultivarán más de 40 tipos de hortalizas, frutas y hierbas aromáticas, dando prioridad al producto de temporada y siguiendo las pautas del cultivo ecológico para obtener productos orgánicos, saludables y de primera calidad.

Según los responsables de la iniciativa, la implicación de Mahou San Miguel con los problemas de la sociedad actual encuentra también su reflejo en la gestión de los recursos del huerto urbano. Una vez que sean recolectados, estos vegetales servirán para nutrir las cestas ecológicas de un grupo de consumo propio de Mahou San Miguel, formado por profesionales de la compañía con un fuerte interés por la alimentación ecológica y de cercanía y que adquirirán a través de la Fundación Juan XXIII Roncali. Además, la compañía donará los excedentes a diferentes ONG.

CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE

Según la compañía, "el compromiso de Mahou San Miguel con la sostenibilidad y el uso responsable de los recursos naturales está presente de forma transversal en toda su actividad. Por ello, este huerto urbano también atiende a estos principios e integra en su puesta en marcha diferentes elementos que contribuyen a cuidar del medio ambiente".

Por ejemplo, ha implantado un sistema de riego eficiente con la intención de reducir el consumo de agua, el sustrato empleado es orgánico y se ha planificado un sistema de barbecho para que los cultivos vayan rotando y se pueda conservar el suelo.

Asimismo, se han seleccionado cuidadosamente las especies a plantar de modo que sean beneficiosas de forma natural frente a las plagas, evitando así la utilización de pesticidas y herbicidas. Por otro lado, la madera con la que se han elaborado los bancales sobre los que se realizan los cultivos procede de bosques sostenibles.