"Queremos distinguir a las empresas que incluyen políticas sobre discapacidad en el corazón del negocio"

José Antonio Martín

El Cermi, Feacem, Fundación ONCE y la Fundación Seeliger y Conde han constituido la Fundación Bequal con el objetivo de gestionar un sello que certifique y distinga a las empresas socialmente responsables con la discapacidad. José Antonio Martín, coordinador de la fundación, aborda en esta entrevista a la publicación 'Cermi.es semanal' los fines de la nueva entidad.

¿Cuál es la razón que impulsa la creación de esta Fundación Bequal?
Antes de la fundación hay que hablar de otras cuestiones que existían en ese contexto, como la publicación de la Ley de Economía Sostenible, y la existencia de otros sellos o certificados con características parecidas, y había una demanda, una necesidad no cubierta en la sociedad. El Cermi y la Fundación ONCE desde 2011 trabajan en el diseño de un certificado que pudiera reconocer a las empresas que permiten la inclusión de las personas con discapacidad, no sólo desde el punto de vista laboral, sino también como clientes, o sea, de manera transversal.

Se hizo un estudio de mercado de los sellos que existían entonces, sobre discapacidad o que tuvieran que ver con la diversidad, y se decidió alcanzar un convenio con uno que ya existía, como base, que es el de la Fundación Seeliger y Conde, que se llama EDC, sello de excelencia en la diversidad.

Ellos ya llevaban un tiempo trabajando y tenían certificadas una serie de empresas importantes y nos parecía un sello muy relacionado con nuestra forma de ser y de hacer. Y a partir de ahí se trabajó en la evolución del modelo, en definir el estándar y para gestionar este modelo es para lo que se crea la Fundación Bequal, que está impulsada por el Cermi y la Fundación ONCE, pero en la que participan como patronos fundadores también Feacem y la Fundación Seeliger y Conde.

¿El objetivo último de esta fundación es la inclusión laboral de las personas con discapacidad?
Las actividades que va a desarrollar la fundación están destinadas a conseguir esos objetivos finales, de inclusión de las personas con discapacidad, pero también persigue otro objetivo, como es tener a disposición productos y servicios que tengan en cuenta la accesibilidad universal y el diseño para todos, desde todos los puntos de vista. Pero la fundación se va a centrar en mantener, normalizar y adecuar el sello, certificar a las empresas que lo soliciten y en promocionar el sello y a las empresas que lo obtengan.

¿Cuál es la auténtica necesidad, premiar a las empresas o fomentar la inclusión y lograr que las empresas vayan más allá, no sólo se dediquen a cumplir con las leyes?
La idea es distinguir a las empresas, diferenciar a las que son responsables socialmente con la discapacidad, que incluyen políticas sobre discapacidad en todas las áreas de la empresa, si es posible que esté en el corazón del negocio. No es sólo el cumplimiento legal, que es importante (de hecho es una cláusula excluyente, es decir, si las empresas no cumplen la Lismi, no tienen acceso esa certificación), es demostrar mínimamente que tienes ese compromiso.

Hay tres niveles de sello, el Bequal base, conocido como Bequal, el Bequal Plus y el Bequal Premium. Para obtener el Bequal, aparte de cumplir con la Lismi, tienes que tener una puntuación mínima en bloques fundamentales para nosotros, que son el empleo, la gestión de los recursos humanos y la accesibilidad, y la estrategia y el liderazgo, el que las empresas estén comprometidas con la responsabilidad social, en este caso con las personas con discapacidad.

Queremos dotar a ese sello de la mayor rigurosidad, de la mayor objetividad, y de la mayor transparencia, y para esto se ha diseñado un modelo en el que hemos trabajado largo tiempo con siete bloques, y 66 fuentes de verificación, o indicadores.

Además de los bloques señalados anteriormente, se incluyen otros como la compra responsable, que tiene que ver con la selección de proveedores y que estos cumplan con la Lismi; o la accesibilidad de la página web. Es un modelo muy exigente en el que hay que demostrar que las cosas se hacen muy bien para obtener una alta calificación, que las políticas sobre discapacidad están integradas en todas las áreas de la empresa.

Hay empresas que iniciaron ya este camino de la responsabilidad social en temas de discapacidad y otras que aún no han empezado. Es un largo proceso ¿cómo pueden comenzar?
Hay productos, como el certificado de la Lismi, para aquellas empresas que en principio sólo deseen que valoremos y certifiquemos el cumplimiento de esta Ley, y esperamos que a medio plazo pueda servir como justificante en los concursos de contratación pública, que sea considerado como un elemento acreditativo del cumplimiento.

A estas empresas las orientaremos para que soliciten el sello Bequal. Cada vez más, los consumidores empiezan a tener en cuenta el consumo responsable y en muchos casos ya incluso por delante del precio.

Todo esto hace que el sello añada un valor a las empresas, que quieren diferenciarse y demostrar esa ventaja. Ser y también parecerlo. Y la fundación tendrá que destacar ante la sociedad a todas esas empresas que se distinguen y están certificadas.

¿Abrirán las puertas a otros socios o patronos en esta fundación?
Está prevista la incorporación de instituciones de relieve y personalidades, de la administración pública y privada, para dotar al patronato y a la propia fundación de la máxima independencia, transparencia e importancia.

La administración pública puede jugar un papel importante puesto que son los responsable de poner en marcha, algún día si eso sucede, la contratación pública socialmente responsable.

Tanto para la contratación responsable como para el cumplimiento de la Lismi. Actualmente existe un bajo porcentaje de empresas que cumplen con la Lismi, y la inspección no es suficiente.

Todo esto puede ser un acicate para que las empresas cumplan, y por otra parte, para que ayudemos de alguna manera, y de una forma no represiva, a comprobar el cumplimiento de la Lismi.

Creemos en esa alianza y la administración pública nos ha manifestado también su disposición, de hecho, alguno s partidos políticos incluso llevaban en sus programas la implantación de un sello de responsabilidad social relacionados con la discapacidad. Por lo tanto estamos muy en la línea y es un trabajo del sector de las ONG, de la sociedad civil, con la Administración.

¿Qué imagen quieren que tenga esta fundación, que esté relacionada con la calidad, la responsabilidad o la legalidad?, ¿o con todo?
La fundación tiene que transmitir por encima de todo rigor, en cuanto a que el sello sea adecuado y refleje lo que es verdaderamente responsable en una empresa, destacar la responsabilidad de las empresas con la discapacidad. Por lo tanto, en primer lugar prima el rigor; por otra parte, la independencia, a pesar de que representamos y venimos legitimados por el movimiento asociativo de la discapacidad, la imagen y la realidad de la fundación tiene que ser de independencia, porque se dedica a certificar y no pueden afectar los movimientos políticos y otras influencias para que se conceda o no el sello. Y luego también de transparencia, en cuanto a que van a estar separados los procesos, es decir, la fundación certificará, pero habrá terceros independientes que serán los que auditen y verifiquen el cumplimiento de los requisitos.

La auditoría es externa a la fundación. Comenzaremos con una empresa auditora, aunque la fundación se ocupa de la formación y de la homologación de los auditores y se abrirá al resto de las auditoras que quieran trabajar en este campo.

La auditoría verificará el cumplimiento de las fuentes de verificación, con los documentos que la empresa presente y emitirá un informe valorativo sobre el resultado de la empresa y el nivel que se alcanzaría en caso de concederle el sello.

¿Cree objetivamente que las empresas querrán distinguirse, alcanzar este sello?
Dentro del trabajo previo se ha testado el modelo en determinadas empresas, de distintos tamaños y sectores, y la receptividad ha sido muy importante. Entendemos que a pesar de la crisis, los recortes, EREs, etc., la RSC ha venido para quedarse y debe ser algo que ayude a las empresas a salir de la crisis, y nunca debería estar considerado como un coste, sino como una inversión. El hecho de mejorar los aspectos relacionados con la RSE, y con la discapacidad en concreto, va a añadir valor a la empresa para poder solventar el periodo de crisis que atravesamos, porque va a tener mucho más talento donde elegir, muchos más clientes potenciales a los que suministrar sus productos y servicios, y porque en definitiva su reputación va a mejorar y a hacer que su posicionamiento frente a los que no lo tengan, sea mejor.

La Lismi no se ha cumplido del todo en muchos años, ¿cree que el impulso de una fundación como ésta y el sello de certificación podría acabar con esa dinámica?
Es algo que nos planteamos cuando comenzamos este proyecto. Si una empresa paga los seguros sociales y los impuestos, no recibe ningún certificado, ni distinción, simplemente hace lo que debe. En nuestro caso, en el sector de la discapacidad, existe mucha legislación, muy buena, pero no ha alcanzado una cuota de cumplimiento adecuado. Esto se ha hablado mucho y tanto el CERMI, como la Fundación ONCE, todo el sector, estamos de acuerdo en ello. El sello Bequal debe colaborar también, aunque no sea su objetivo final, a que se cumpla la Ley. En ese sentido, esperamos que sea muy bien recibido por la Administración pública, porque es una ayuda que viene del trabajo en equipo, del trabajo conjunto entre la sociedad civil organizada, las entidades privadas y las públicas. Es otro factor que creemos que aporta valor al sello y va a redundar en su notoriedad, en su reconocimiento y para que las empresas lo soliciten.

¿Cómo se dará a conocer la fundación?
Haremos una campaña de lanzamiento, con poco coste pues la fundación nace con costes reducidos y con ánimo de ser autosostenible. Utilizaremos las nuevas tecnologías, las redes sociales, y lo difundiremos a través del movimiento asociativo y con los encuentros que se organizan en estas entidades.

Vamos a ser proactivos desde el primer momento y vamos a salir a difundir el sello y ponerlo en conocimiento de las empresas para que no pierdan lo que para nosotros es una gran oportunidad para sus negocios, la distinción, la diferenciación, pero sobre todo la reputación, y el mercado potencial de tantas personas con discapacidad y las familias que puedan estar detrás de ellos. Con todo el rigor y toda la oportunidad que da el que todos ganemos, nosotros por alcanzar estos objetivos y las empresas por mejorar su rentabilidad.